Ahora que recien he llegado de un viaje y con las neuronas
aún revueltas con tantos estímulos, me doy cuenta de cuantas tonterías hacemos
los humanos en nuestra forma de relacionarnos con el mundo. Yo también me
incluyo porque he sido protagonista de algunas de esas tonterías cuando aún no
era consciente de quien soy y donde estoy. Desde hace ya algún tiempo es
relativamente fácil para mi situarme en la ¨mente¨ de un árbol, de un río o de
cualquiera de los animales que pueblan este planeta, por lo que ya no veo los
lugares como lienzos donde ubicarme o escenarios donde yo pueda plasmar mi
danza. Ha cambiado mi forma de verlo y sentirlo. Hasta tal punto que en
ocasiones veo ridículas las típicas fotos que nos hacemos los turistas delante
de un paisaje maravilloso o de un animal exótico. Ahora me pregunto: si ya el
paisaje es maravilloso, por qué no dejarlo tal cual es? ¿ hay alguna necesidad
de ¨completarlo¨o ¨mejorarlo¨con nuestra presencia? ¿ es que acaso ese árbol
maravilloso necesita que tú lo completes? ¿ o el amanecer es más bonito con tus
versace delante? Yo contestaría a todo que no. Simplemente porque así lo creo.
Si ya algo es bello, déjalo asi, no intentemos imponerle nuestra presencia
porque la mayoría de las veces fastidiamos la foto.
Para verlo algo más claro intenta pensar que pasaría si vas
a la playa en tacones o al campo peinada de peluquería. O tal vez cantaras en
un templo budista la macarena y en un zoológico te comieras un bocadillo de pata.
¿A que suena incoherente? Igual me suena a mi cuando estamos en un viaje y
queremos protagonizar todas nuestras fotos. Hay un bello amanecer y vamos
nosotros y nos ponemos delante con el bolso del corte inglés y las gafas de la
marca de moda. Para que todo quede de escándalo y nuestros amigos nos den el
tan ansiado like.
Aparece un hermoso gato y no se nos ocurre más que ponernos
cerquita, lo suficiente para que salga nuestra cara que ocupa toda la foto al
lado del animal. Y asi podría seguir. Me encantaría empezar a ver que nos vamos
mimetizando con los lugares que visitamos y con todos los pequeños y grandes
seres que cohabitan este mundo junto a nosotros. Me gustaría que intentáramos
sumarnos al paisaje sin malograrlo, sin imponernos y sin que se pierda esa
magia que vimos en él y que fue lo que nos hizo pensar en llevarnos su recuerdo
a casa.
No digo que no nos hagamos fotos, eso sería ilógico
pretenderlo. A mi también me gustan las fotos y llevármelas a casa para
recordar lo vivido una vez nos vayamos del lugar. Solo es una reflexíon que
hago porque me parece que a veces con el ansia de tener esa maravillosa foto en
el taj mahal nos olvidamos que el taj mahal ya es bello el solito y aparecer
nuestro cuerpo y nuestra cara en el mismo espacio quizás nos sirva para que nos envidien sanamente los que no han tenido esa oportunidad pero créanme que no sirve para
hacer más bella la foto. A menos que nos mimeticemos con el paisaje, teniendo
en cuenta todos los detalles, ropa, colores, complementos, mirada, sonrisa,
posición, etc, etc. Tampoco digo que haya que ser modelo ahora para hacerse una
foto, no es eso tampoco. Basta con honrar el motivo que nos ha atraído hasta allí,
respetarlo y darle el lugar que se merece, o sea, el mejor lugar de la foto.
Debemos aprender a interactuar con el paisaje y con todo lo que se mueve a
nuestro alrededor y solo entonces nos llevaremos a casa las mejores fotos del
viaje. Además a nustros amigos les gustará ver lo que vieron nuestros ojos no
vernos a nosotros tapando todo lo bello que hay detrás Otro tanto pasa con lo que dejamos escrito en los lugares de interés. ¿Pero alguien ha pensado de verdad que significa para el lugar que tu dejes escrito tu nombre en él? ¿es relevante para el mundo esto? A mi me parece que no, y encima vamos dejando los sitios sagrados escritos con rotuladores que tardan en borrarse y a veces hasta se hacen grandes salvajadas rayando las piedras antiguas con nuestro nombre. Seamos más respetuosos con el medioambiente que para él nuestro nombre no le hace mejor. . Ahora que lo pienso,
quizás sea deformación profesional, por haberme dedicado mucho tiempo al mundo
del arte y el teatro, donde todo tenía que tener una simetría y una matización.
Quizás mi mensaje no sea bien entendido pero es que para
decir que estuve en Australia no tengo que poner mi cara con unas gafas Dolce
Gabanna y un vestido de Gucci delante de la 0pera de Sidney. A veces, muchas
veces ¨cagamos¨la foto, aunque nuestra falta de humildad no nos deje admitirlo.
Me parece a mi que los viajes deberían ser formas de relacionarnos y absorber
de los lugares esa esencia mágica que tiene cada uno, esa pieza que se va
sumando a nuestro puzzle y no una foto más del Facebook. A medida que sigo
moviéndome por el mundo, cada vez me gusta más perderme entre los locales, vivir
como ellos, comer lo que ellos e intentar pasar lo más desapercibida
posible. Porque no se trata de que yo llegue al lugar
sino de que el lugar entre en mi para enriquecerme, para mejorarme. Bueno,
amigos, espero nadie se sienta agredido porque al fin y al cabo esto lo hacemos
todos, incluida yo. Solo quería pensar en voz alta. Empecemos a viajar y a traer más fotos
de lo que nos parece lindo sin que tengamos que poner nuestra firma en ello, o
lo que es peor, nuestra linda cara.