Voa borboleta

Voa borboleta
En la creacion, cada flor coopera formando parte del jardin

miércoles, 6 de abril de 2016

Mas si, menos no

La vida es para sentirla... Y se siente cuando la disfrutamos. La disfrutamos cuando somos lo valientes que tenemos que ser para afrontar lo que venga. Muchos de nosotros lo afrontamos pero maldiciendo lo malo y celebrando muy poco lo bueno. Tengo la certeza de que hemos nacido para ser felices y eso es lo que intento recordar al comienzo de cada día. Pero también se que en ocasiones la vida( esa que creamos nosotros mismos) nos lo pone un poco o mucho mas difícil. Es ahi donde es mas fácil venirnos abajo. Y empezamos a buscar culpables de lo que nos pasa, sin saber que eso que nos atormenta esta ahi porque nosotros mismos lo hemos puesto, cual escritor que escribe su obra. 
Claro que nadie va a escribir en su obra algo catastrófico para si mismo! Pero de alguna manera(aun no he descubierto como) nuestra manera de andar, de ir por la vida, de relacionarnos, de darnos o no darnos a los demás, de esperar o no esperar cosas buenas o malas, de alguna manera, va programando esas escenas que nos vienen al presente o nos esperan en el futuro. Algunas de estas escenas son fáciles de prever y tampoco hacemos mucho por remediarlas. Es el caso de las veces que hacemos algo que nos hace daño una y mil veces y seguimos intentando que nos de otro resultado. En esos momentos hay una vocecita que nos advierte pero hemos aprendido a no escucharla. 
Otras veces, buscando responsables de nuestros males, vivimos resignados porque pensamos que no depende de nosotros. Y ¿de quien va a depender mi felicidad si no de mi misma? Esto que parece tan claro a simple vista, lo vamos apagando poco a poco para poder seguir haciendo lo que hacemos sin sentirnos culpables. Siempre es un bálsamo para nuestra autoestima pensar y decir que no podemos cambiar aquello que nos aflige porque no esta en nuestras manos. ¡Pues claro que si! ¡Claro que esta en nuestras manos cambiar la forma de ver la vida! Porque no es mas que ese el cambio que hay que hacer. No podemos cambiar el mundo tal como esta hecho, no podemos cambiar a las personas, ni las situaciones que se nos presentan. Pero hay algo que podemos hacer y es verlo de otra manera diferente a la que nos ha traído hasta aquí. Cuando algo no funciona esta clarísimo que no debemos estar haciendo bien el proceso. A lo mejor, simplemente es la forma de mirarlo. DecÍa mi querido Wayne Dyer que cuando cambias tu forma de mirar las cosas, las cosas cambian. Y yo puedo decir que lo ratifico pues lo he experimentado en muchas ocasiones. 
No es facil, esa es la verdad. No es facil para nadie olvidarse por un momento de sus creencias, sus valores, todo ese bagaje que le ha traído a su presente y mirar con los ojos de otro. Es como tirar por la borda tu personaje y hacerte un perfil nuevo, hablando en términos sociales. No es fácil pero te engrandece, te hace mas tolerante ante la propia vida, que a veces le exigimos como si no fuera nuestra sino de otro. 
Una forma estupenda de dejar de ir con tu personaje a todas partes es conociendo mucha gente, abriéndonos a descubrir nuevas situaciones, nuevos personajes, sin quedarnos dentro del nuestro que ya lo tenemos mas que conocido. Aventurarnos a hacer cosas que hasta ahora nos habiamos negado( porque nuestra forma de verlo era "nuestra"). Aprendamos a estar abiertos y dejar de decirnos tantos noes. Se habla mucho de aprender a decir no, pero no se habla tanto de aprender a decir si. Creo que es tan importante uno como otro e incluso diria que hay que repetir mas veces el si que el no. El si abre puertas y el no las cierra. ¿Te has parado a pensar cuantas veces dices si al dia? ¿ Y no? Pues no es mala idea empezar a contarlos. El resultado dice mucho de nosotros. 

cambio de patrones

Aunque todo nos incline a pensar que somos humanos porque pensamos y tenemos un cerebro racional, la verdad es que lo que nos hace humanos es nuestra capacidad de sentir. Si no fuera asi, en pocos años cualquier ordenador nos alcanzaría. Pero no es asi, ningún ordenador va a poder suplirnos pues no es capaz de sentir. El sentir es lo que nos lleva a relacionarnos unos con otros, y a experimentar cosas nuevas buscando sensaciones distintas. Esta todo encaminado a juntarnos, para compartir, ver y escuchar enfoques diversos, crear y aprender. Claro q todo esto tiene que ir arropado por nuestras emociones. Al menos eso es lo que pienso. Si le quitamos las emociones al ser humano, y su capacidad de sentir, se quedaría en un simple computador, muy sofisticado pero a fin de cuentas, solo dotado de raciocinio. Y es asi como hemos sido muchas veces aleccionados. El viejo patrón educativo ha sido hasta hace muy poco, educar a todos por igual, sin tener en cuenta que cada niño, cada ser es único y tiene un bagaje emocional distinto. La nueva escuela esta teniendo esto en cuenta y ya hoy se sabe que conectando con la emoción del niño, hay mas posibilidades de despertar su interés que teniendo en cuenta solo su cerebro. Ya están quedando atrás esas escuelas que te obligaban a almacenar conocimientos y memorizar  hasta decir basta. Y esto es una buenísima noticia. Hoy sabemos que aunque en una clase haya 30 alumnos, cada uno va a recibir las lecciones de una manera distinta, y no por eso, serán mas o menos inteligentes. Ya los nuevos profesores saben que ningún niño es igual a otro ni se pueden motivar de la misma forma. Ya estamos aprendiendo que ganan mas dándoles cierta autonomía que obligándoles a aprender lo que esta estipulado. 
Por otro lado, si les damos un propósito a conseguir, la motivación no les faltara. Y si es un propósito de grupo, les animaremos a compartir en unidad, algo que el individualismo que vemos en muchas facetas de nuestro dia a dia, no nos ayuda a lograr. 
Como sociedad, como padres y como seres humanos que somos tenemos que aprender a confiar en ellos. Un niño que nota nuestra confianza, afianza su autoestima y aprende a cuestionarlo todo, incluso a nosotros. Pero eso esta bien, al menos a mi me lo parece. Creo que ya la era de niños que obedecían ciegamente las normas que les imponían, se esta acabando. Y no quiere decir esto que lo correcto es educarlos en la desobediencia. No es eso tampoco. Pero si dejar de adiestrarlos como hemos estado haciendo hasta ahora. Esta comprobado que mantener un ser vivo, (aqui entran también los animales) reprimido dentro de unos patrones fijos, no les hace seres libres ni autónomos. Por el contrario, les hace buscar lo que les hemos prohibido para experimentar esas sensaciones distintas que les hemos querido imponer. Quizás para muchos de nosotros, los padres de esta era ya sea tarde. Nuestros hijos han crecido como nos dijeron que era mejor y la madre mas orgullosa era la que tenia un hijo obediente y estudioso. 
¿Es lo correcto y deseable? Si. Pero ademas tenemos el deber de hacerles sentir libres y responsables de sus vidas. Que no la pierdan sentados en un cuarto de estudio privándose de sus horas de ocio y diversión por sacar buenísimas notas. Que no se repriman de decir lo que sienten solo porque no es correcto. Que no persigan únicamente el éxito profesional. A la larga uno se da cuenta que deja mucho en el camino por conseguirlo. Que la juventud es la etapa mas loca, que viene para que aprendamos a gestionar nuestra libertad y si no se saltan de vez en cuando las normas no lo van a aprender nunca. 
Quizás este mal visto que una madre de este tipo de consejos pero es la enseñanza que he sacado a lo largo de estos años con la gente joven con la que he podido compartir muchos momentos. No es mas feliz el que se adapta al contexto de las normas como tampoco lo es el que las transgrede sin ningún pudor. Los dos aspectos son extremos. En el termino medio esta la coherencia y el equilibrio. Y esto pasa por dejarles ciertas libertades a los jovenes para que aprendan por si mismos. Si no les dejamos nunca encender el fuego nunca se quemaran. Pero tampoco conocerán el peligro que encierra. Si les dejamos con fuego antes de que puedan aprender a controlarlo, sera un peligro para ellos y tampoco lo controlaran. Se me ocurre que hay otra opción. Ponerlos en contacto con el fuego cuando ya les veamos capaces de afrontarlo. Si no es asi, pasaran dos cosas. O bien le temeran al fuego siempre o jugaran peligrosamente con el. 
Asi que desde aqui animo a esas nuevas madres a cambiar patrones viejos, que hasta ayer nos sirvieron para educar a nuestros hijos pero ya estan obsoletos. Si los niños no conocen la libertad nunca aprenderán a volar. Y ahora recuerdo el cuento del águila que creció entre gallinas y no volaba porque nadie le dijo que podía hacerlo.