Voa borboleta

Voa borboleta
En la creacion, cada flor coopera formando parte del jardin

viernes, 22 de abril de 2016

dhanyavaad India

Hace solo dos dias que regrese de una pequeña escapada por la India y aunque mi cuerpo esté aqui, mi mente y mi corazon aún siguen alli. No encontré buenos hoteles, ni una oferta amplia de comunicaciones ni tampoco orden ni limpieza. Todo esto y más es lo que vamos buscando en cualquiera de nuestros viajes, para sentirnos cómodos y seguros. Más nada de eso vas a encontrar en India. Allí el desorden se apodera de las estaciones de tren, de los hoteles y de la misma calle. La limpieza brilla por su ausencia y los coches circulan sin hacer caso a normas como las occidentales.                                                                                Pero esto, amigos, que a simple vista puede parecer un caos y arruinarte tus preciadas vacaciones, acabó dándole color a las mías. No puedo decir que me encante ir e sus trenes agobiada del calor, o comer en sus ¨restaurantes¨donde las moscas y mosquitos hacen su agosto. No puedo decir que es deseado dormir en una cama con las sábanas manchadas vete a saber de qué, o encontrarte con una salamamndra en el baño. A nadie le gusta que le metan las manos en la comida ni que te abran la bebida con la boca o con los dedos. Como tampoco ver tanta mendicidad y pobreza por donde quiera que vayas. Les puedo asegurar que a mí tampoco. Sufría de ver los perros abandonados a su suerte en las calles, y a los niños con menos de seis años pidienndo en las calles. LLore muchas veces por ello. Pero para entender este país hay que verlo con el corazón, nunca con la mente occidental que todos tenemos. Dentro de su caos, ellos tienen su orden particular, su manera propia de ver y entender las  cosas, de entender la vida y la muerte, la enfermedad, el trabajo, y el tiempo. Yo sabía todo eso pero hasta no estar alli, no lo pude sentir. Sentir, porque a India solo se la puede sentir. Y es por eso que este viaje no lo voy a olvidar nunca. Me traje la mirada de los niños, la sonrisa de las mujeres, la paciencia de los hombres, la libertad de los animales, la hospitalidad al turista y la solidaridad de unos con otros. ¿ Que hubieron cosas malas? ¡claro que sí!. Todo tiene su yin y su yan, pero si lo integras como parte de tu sombra y la de ellos, únicamente lo recuerdas como una anécdota más.              No sé cuanto tiempo mas estaré soñando con India, escuchando sus cantos y oraciones que aún permanecen en mi cabeza. Imagino que se me pasará, pero no voy a olvidarme de ellos nunca. Me enamoré de ese lugar y ya lo llevo en mi corazón.Creo que todo el mundo debería pasar por un lugar así para que aprendamos a valorar lo que tenemos y dejar de darle importancia a cosas que realmente no la tienen ni te dan felicidad alguna . Lo dicho: I love India